Tubo Guía
El tubo guía es habitualmente un tubo metálico de alrededor de 100 mm de diámetro cuyo uso básico consiste en ser hincado (con o sin rotación) en una línea recta a través de suelo desplazable mediante una cabeza oblicua para mantener la alineación e inclinación de una forma similar a la primera fase de la ejecución de PHD.
Este método fue utilizado inicialmente para instalar tuberías de pequeño diámetro para servicios auxiliares, de forma que el tubo piloto comienza en un pozo de ataque y una vez alcanza el pozo de rescate, las instalaciones y servicios son instalados mediante pulling durante la retirada del piloto.
La monitorización de la alineación e inclinación del piloto se realiza mediante un teodolito digital orientado hacia la cabeza del tubo guía en la que se encuentra una tarjeta LED. Esta tarjeta permite mostrar la posición de la cabeza en la pantalla del monitor del operador.
En una operación típica, una vez el tubo guía ha sido instalado, el proceso de excavación e instalación continua con el ensanchamiento de la perforación mediante un tornillo helicoidal y camisa temporal si es necesario.
En el último paso de instalación, la última camisa temporal es reemplazada por la tubería final. Aunque el proceso típico tiene más pasos de instalación que la excavación mediante microtuneladora de excavación a sección completa, el equipo y el tamaño de pozos necesario es menor y la tubería final no requiere resistir los mismos esfuerzos de empuje.
En condiciones de suelo no desplazable (suelos cohesivos o rocas) hay variaciones de esta técnica que utilizan técnicas orientables para crear el tubo guía. Asimismo, la técnica del tubo guía puede utilizarse en conjunto con otras tecnologías sin zanja como la hinca neumática para establecer una alineación e inclinación precisas para las posteriores tareas de instalación y excavación.
En la literatura de tecnologías sin zanja, el tubo-guía puede encontrarse bajo diferentes denominaciones como “perforación guiada” o “microtunelación con tubo guía”.